24 de noviembre de 2025
El Gobierno hace cuentas en el Senado y simula un sistema de “bandas” para cerrar alianzas
La Libertad Avanza tendrá 20 legisladores propios y sumaría un mínimo de entre seis y ocho casi sin moverse, según su visión, por las buenas relaciones de un par radicales y macristas con el Ejecutivo. Precisará 37 para sesionar y ve un techo en 40, si negociara de forma positiva con el resto de “dialoguistas”. Apuesta para que el kirchnerismo se desangre en una feroz interna y decanten los dos tercios mágicos
A los 20 oficialistas habrá que agregar, en la política de “aliados” seguros, a Schneider y a sus colegas UCR Mariana Juri y Rodolfo Suárez. Los segundos son la terminal del gobernador mendocino, Alfredo Cornejo. La Casa Rosada cuenta como soldado confiable a Carolina Losada (Santa Fe), ofuscada por la puja dentro del centenario partido en la supuesta rifa para una de las vacantes en la Auditoría General de la Nación (AGN), que la quiere sí o sí para el formoseño Luis Naidenoff por sobre el chaqueño Víctor Zimmermann, contrincante tardío. Recordemos que un cargo así tiene una vigencia de tan sólo ocho años y una remuneración envidiable. Un tercero operó con alevosía para venderse como opción “salomónica”, lo que causó un sinfín de carcajadas allí. Igual, sigue la guerra allí.
Para LLA, el PRO acompañará las iniciativas que envíe el Ejecutivo, y por ese motivo da por sellados al jefe macrista del Senado, el misionero Martín Goerling, a la pampeana Victoria Huala -la Casa Rosada duda- y a la chubutense Andrea Cristina, una de las líneas del mandatario local, Ignacio Torres. La otra es la radical Edith Terenzi, hoy en Provincias Unidas, un interbloque que quedará menguado en calidad y volumen, más allá de potenciales movimientos para aglutinar legisladores todavía no cerrados. Allí, los peronistas disidentes Alejandra Vigo (Córdoba) y el correntino Carlos Espínola pasaron de aliados fijos a enemigos severos de Javier Milei.
Ya cerca del quorum, la lupa deberá direccionarse hacia los “silvestres provinciales”. Un alto porcentaje cuenta con buen diálogo con su respectivo gobernador, salvos los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano. El oficialismo intenta reflotar algo de ida y vuelta con ambos, aunque el diagnóstico suele finalizar, en general, con la misma frase: “Poco confiables”. La segunda, incluso, tuvo un fuerte cruce -tiempo atrás- con Victoria Villarruel. Todavía está fresca la jugada de 2024, que casi revienta la Ley Bases, a menos de 24 horas de su tratamiento en el recinto.
Toda esta recorrida da un total de 44 senadores. El pleno es de 72. Los 28 restantes son del Frente de Todos, un interbloque que ahora quiere pasar a ser una bancada “unificada” y ya tiene el “no” de Convicción Federal, de cuatro integrantes. Con 25 en sintonía, el kirchnerismo mantiene un tercio propio. Si eso llegara a fracturarse, el Gobierno no los necesitará, ni siquiera, para discutir la Corte Suprema, que requiere dos tercios. La gran incógnita a saldar es qué hará un puñado gobernadores justicialistas ante las directivas de Cristina Kirchner, que sostiene como general suyo al formoseño José Mayans. En la provincia ya se preguntan si lo hace, en simultáneo, con el mandamás Gildo Insfrán.

